Me gusta llegar a casa y que esté ella. Me gusta la radio.
Me gusta el reflejo de la luna en el mar. Me gusta el café de
los domingos. Me gustan los días en los que juega mi equipo. Me gusta hacer
listas de cinco sobre cualquier tema. Me gustan las noches que no se acaban
nunca. Me gusta contar las luces de los faros. Me gusta el poema de Neruda en
el que dice que puede escribir los versos más tristes esta noche. Me gustan los matices. Me gusta que mi hermana me haga reír. Me gusta perderme dentro de un libro. Me gusta la gente que tiene pasiones. Me gusta la alegría de las reuniones familiares. Me gustan algunas rutinas. Me gusta el
misterio. Me gusta quedarme en el sofá con mis padres viendo alguna serie por la noche. Me gusta ir moviendo a los Reyes Magos en el Belén. Me gusta ver capítulos de Friends
en bucle. Me gustan las sonrisas amables y sinceras. Me gusta estar con gente. Me gustan las tormentas. Me gusta andar sin
rumbo por las calles de Madrid. Me gusta
hacer amigos en cualquier lugar. Me gusta imaginarme dentro de una película de
aventuras. Me gusta Calafell. Me gusta el momento en el que se apagan las luces
del cine. Me gustan los días de sol en invierno. Me gusta el sexo de repente. Me gusta entusiasmarme con las
cosas más tontas. Me gusta el primer baño del verano. Me gusta el barullo de gente. Me gustan las personas que
aceptan los desafíos de la vida con valentía. Me gustan las personas que han
aprendido a no preocuparse por todo. Me gusta ver llover desde la ventana. Me gustan los amigos que te dejan su cama y duermen en el sofá. Me gusta comerme el pico de la barra de pan recién
salida del horno. Me gusta recordar los buenos momentos con
alegría por haberlos vivido. Me gusta pensar
en cada momento como una oportunidad. Me gusta
pasear por el barrio latino de París. Me gusta la emoción que acompaña al inicio de cualquier
viaje. Me gusta disfrutar de un buen plato de carne. Me gusta cuando ella se ríe.
No me gusta el silencio. No me gusta equivocarme y no
aprender de ello. No me gusta el sectarismo. No me gusta
el frío. No me gusta la gente maleducada. No me gustan las avispas. No me gusta ponerme rojo. No me gusta que
las emociones dicten mi conducta. No me gusta llegar tarde. No me gustan las alturas. No me gusta que me interrumpan cuando cuento algo. No me gusta la sensación de estar perdiendo
el tiempo. No me gustan los números. No me gusta no atreverme. No me gusta que el futuro me asuste en vez de ilusionarme. No me gusta sentirme decepcionado. No me
gusta saber que he decepcionado a gente. No me gusta planchar camisas. No me
gusta la persona que no sabe perder. No me gustan los aguafiestas. No me gusta
hacer una tortilla francesa y que se me rompa en pedazos. No me gusta perder la
capacidad de sorprenderme de la vida. No me gusta darme cuenta de que no hay
leche cuando voy a tomarme el café por la mañana. No me gusta el imprudente. No me gusta que me cambien
los planes. No me gustan las personas que andan por la calle como si sólo estuviesen ellos. No me gusta darle tantas vueltas a las cosas. No me gusta morderme
las uñas. No me gusta ser tan torpe. No me gustan la personas que no tienen
contradicciones. No me gusta quejarme. No me gusta verte triste.
Algo parecido a esto que he escrito es lo que nos pidió la profesora de Lengua y
Literatura en cuarto de ESO. Eran deberes. Por el motivo que sea, no los hice y a la profesora no le
gustó. Muchos años más tarde, aquí lo tienes, Mavi, el “me gusta/no me gusta”
pendiente.
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