lunes, 26 de marzo de 2018

Corazones rotos y viajes en Delorean

Texto poético sobre corazones rotos y viajes en Delorean


El tiempo lo cura todo, dicen. No voy a entrar a valorar la certeza o falsedad de este dicho popular y cura universal. Sólo diré que siempre me ha parecido una putada de las grandes. Porque me parece incompleta y tramposa. 

¿Cuál es el tiempo necesario para cada corazón roto?

¿Y qué hacemos con la indefensión que sentimos en el momento que llega el abandono?

¿Hay algo o alguien que nos acerque a la esperanza?

Ojalá una máquina que te dijese "en dos años y tres meses estarás curado",

y un Delorean en el que poder ahorrarte todas esas solitarias noches.

lunes, 12 de marzo de 2018

Buscando trabajo, una vez más

Una pintada que define a toda la generación de la precariedad
Una pintada que vi en París y que se me quedó grabada


Los que me seguís sabéis que me gusta compartir. Lo bueno, y lo no tan bueno. Y hoy, lamentablemente, toca hacerlo de lo segundo. Hace una semana me quedé sin trabajo. Han sido ocho meses en una agencia de comunicación trabajando como community manager en los que he aprendido más que en todos mis trabajos anteriores con redes sociales. Una experiencia más que satisfactoria y que me ayudará bastante en el futuro más inmediato, estoy convencido.

Como no conviene hablar de algo en caliente, he dejado reposar una semana la noticia para irlo asimilando. Ahora puedo escribir con más frialdad sobre todo ello. Eso sí, no sé ni por dónde empezar. Podría empezar hablando de la idea de la incertidumbre, que es una de mis obsesiones y supongo que la de más de uno de mi generación. Es aprender a vivir en lo inesperado. Procurar no tener miedo a lo que pueda pasar. Mis padres son funcionarios y siempre he tenido todo lo básico garantizado. Nunca he sido un niño mimado, pero he tenido una inmensa suerte. Habiendo vivido siempre en cierta comodidad, cuesta mucho más adaptarse a la situación que atraviesan muchos jóvenes en nuestro país. La inseguridad que te impide planificar y dar pasos. Pero gestionar la incertidumbre puede acabar resultando algo positivo, os lo digo, aunque resulte complicado.

Las sensaciones que tengo desde hace días son de todo tipo. La mayoría del tiempo estoy animado, contento y con seguridad de encontrar algo más o menos pronto. También existen momentos en los que cunde el desánimo y la inquietud se hace un poco más grande de lo que debería. Supongo que es normal que en una situación así uno no pueda ser siempre fuerte. También es verdad que en anteriores ocasiones, he tardado poco en encontrar algo nuevo y que no tengo motivos para pensar que esta vez no será distinto de las otras. Soy un superviviente, lo tengo claro, y no me hundo fácilmente.

En una situación como esta, también descubres los detalles de personas a las que conoces de hace poco tiempo o que ni siquiera conoces físicamente y que rápidamente te ofrecen toda tu generosidad en forma de "mándame tu cv, lo voy a compartir con personas que conozco". O en forma de "he visto una oferta y he mandado tu cv" sin que tú se lo hayas pedido. Te quedas sin palabras porque piensas que son personas que no tendrían por qué hacerlo, pero lo hacen. Y es maravilloso que exista gente así.

No sé si a vosotros os habrá pasado, pero tengo la sensación, en momentos puntuales, de estar fallando a las personas que me quieren. Te preguntas si no estarás estando a la altura de tu familia, de tu novia, de tus amigos. Incluso te da como vergüenza contar que te has quedado sin trabajo porque a lo mejor tus amigos tienen un trabajo más o menos estable y tú eres el único que está siempre entrando y saliendo del mercado laboral y no quieres aburrirles con tus problemas. Y no es que lo percibas en sus caras, al contrario. Porque te quieren, te apoyan y confían en ti. Pero a ti se te mete eso dentro de la cabeza y es difícil de espantar ese pensamiento, os lo aseguro.

También quería hablar de esas cosas que creo que le deben pasar cualquiera que se queda sin trabajo. Se acabaron los caprichos temporalmente. Aunque no te concedieses muchos cuando trabajabas, ahora no te concedes ninguno. Miras más las facturas que de costumbre. Te alegras cuando la consigues bajar de un mes para otro porque has estado más pendiente que nunca de apagar luces innecesarias y de otros aspectos que en otras circunstancias no lo estás. Te entra remordimiento si te asalta la más mínima sensación de estar perdiendo el tiempo. Ahora mismo me está ocurriendo al escribir esto. Ya he buscado ofertas hoy, y luego seguiré. Pero todo lo que no sea hacer eso te hace sospechar de ti mismo y de si estarás realizando todos los esfuerzos necesarios.

Te asusta no encontrar nada a corto plazo, pero también te preocupa encontrar algo digno. Porque las condiciones laborales que se ofrecen hoy día en España no es que sean para presumir. Supongo que depende mucho del sector, aunque en general abunda la precariedad. Pero si dices que no, te quedas fuera. Es una situación del demonio. Es una pena que el término mileurista, que Carolina Alguacil popularizó en esta carta, hoy se haya convertido en sinónimo de sueldo mínimamente decente. Ha pasado de ser considerado algo negativo a ser percibido por muchos, y me incluyo, como lo mínimo a exigir en una entrevista de trabajo. Nos mostramos satisfechos cuando nos garantizan ese umbral.

Piensas en opciones a tener en cuenta: unas oposiciones requieren tiempo, especializarte pero no sabes en qué, la vida de freelance no es una forma tranquila de vivir, no si no dispones de unos clientes que te garanticen un mínimo de ingresos al mes, y el arriesgarlo todo a escribir una novela y que funcione no es ni puede ser nunca jamás una opción si antes no tienes una base de ingresos que te permita vivir de manera relativamente cómoda.

Así que en esas estamos. También quiero decir una cosa. El trabajo tiene una importancia fundamental, pero no lo es todo, por vital que sea. Este año me caso, y no puedo permitirme que el estar sin trabajo me amargue un día tan bonito y toda su preparación. Además, el bodorrio es en octubre y a esas alturas estoy trabajando seguro. Hay vida más allá del trabajo, aunque a veces nos cueste verlo. Muchas gracias a todos por leer.