El otro día, en una de mis tardes como vigilante en el Museo
del Prado, descubrí un cuadro que me gustó y cuya historia me pareció
interesante. Se trata de "San Francisco confortado por un ángel músico" de Francisco Ribalta. Cuenta el
momento en el que un ángel músico se le aparece a un enfermo San Francisco de
Asís para mitigarle la nostalgia que siente por la música que escuchaba en su
juventud. Y es esto último lo que me fascinó.
He buscado más información y no he conseguido aclarar si
Francisco de Asís estaba enfermo de nostalgia por la música de su juventud o si
su enfermedad era debida a otras causas y en ese sufrimiento sentía nostalgia
por aquella música. En todo caso, lo que me llamó la atención es el concepto de
estar enfermo de música. El que una persona pueda sentir tanta nostalgia de
algo que llegue a enfermar por ello.
Al igual que el gran dilema que se planteaba Nick Hornby en
Alta Fidelidad ("¿Escucho música pop porque estoy triste o estoy triste porque escucho música pop?"), me pregunto si la nostalgia que yo sentiría
sería por la música que escuchaba en la juventud o por todo lo que viví en
aquella época. ¿Eran aquellas experiencias provocadas por la música que
escuchaba o eran las experiencias las que me provocaban escuchar aquellas
canciones?
Todos los momentos que viví. Los besos que di, los que no di,
los amores, los desamores, las alegrías, las penas. El paisaje de mi juventud
está lleno de muy buenos momentos y algunos no tan buenos. En todos ellos
estuvo presente la música. Todas las canciones me ayudaron. De distinta manera,
porque nunca una canción te ayuda igual que otra. Cada una a su manera te
levanta el ánimo o te lo acaba de hundir. Pero incluso la que te lo hunde, lo
hace para ayudarte a sentir, para que te identifiques con una tristeza, para
decirte que no estás solo, que esa historia triste ya existe y alguien la cantó
porque tenía la misma pena que tú.
No sé si podría llegar a estar enfermo de nostalgia por la
música que me acompañaba en mi juventud. Sólo sé que a la música hay que
agradecerle siempre que esté ahí, haciéndonos sentir.
Escribiendo esto me han venido a la cabeza dos canciones
sobre la juventud y la nostalgia que, curiosamente, me suelen levantar mucho el
ánimo. Por si alguien las quiere escuchar, son: "Cuando éramos reyes"de Quique González, y "Summer of 69" de Bryan Adams.
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