Oli escucha vacas. Así es cómo empezamos la semana. Todo
empieza el lunes por la mañana, cuando estoy en nuestra habitación, ella está
en el salón teletrabajando y me llama. Voy y me dice esto: "Escucho una
vaca". No sé ni qué decir. A las personas pueden ocurrirles muchas cosas
raras en una cuarentena, he leído cosas en la prensa estos días. Pero en ningún
lado he escuchado a nadie decir que una de esas cosas raras sea escuchar vacas.
Se ríe, como hace todo loco cuando intenta demostrar su verdad, y me pide
atención para que la escuche. Sí, algo oigo, pero tampoco mucho. Oli me dijo el
otro día que no tengo un solo sentido que me funcione al cien por cien, que ni
escucho bien, estoy un poco miope, mi olfato no es un prodigio, el tacto ni fu
ni fa y el gusto ya tal.
Oli se pasa el lunes repitiendo de vez en cuando que escucha
a la vaca. Establece varias teorías de lo que puede ser. Una de ellas me parece
la más sorprendente. Dice que quizá se trata de una impresora 3D. La mañana del
martes, el vecino de abajo, al que le hemos hecho gotera varias veces por los
problemas de nuestra ducha, escribe a Oli. Oli se asusta porque piensa que otra
vez hay gotera. Pero no. Le pregunta si tenemos goma elástica. Resulta que, atención,
están creando máscaras con una impresora 3D y necesitan gomas para poder
distribuir las máscaras. Oli tenía razón. Y lo que me deja loco de todo esto es
que Oli sepa el sonido que hace una impresora 3D. Y por cierto, qué gran
iniciativa la de nuestros vecinos y la de tanta gente anónima que está ayudando
en lo que puede.
Llamo a mi abuela a la residencia. La escucho alegre, feliz
y contenta. Me dice que está divina. Y me dice que si estuviese con su marido, que
falleció joven, se pasarían el día entero bailando. A lo mejor es lo más bonito
que le he escuchado a alguien desde que todo esto empezó.
Ayer por la tarde vi una de mis pelis preferidas, Tiburón. La
vi en Netflix. Esta semana veré la segunda, la tercera y la cuarta en el pack
que me regaló Oli hace unos años. ¿Y por qué no viste ayer la primera en el
pack también? Porque Oli decidió, con todo su amor, regalarme un pack de
Tiburón en el que no estaba la primera película. Está hasta la cuarta parte, titulada
"Tiburón: La venganza" que yo creo que ni he visto, pero no está la
primera. Es algo de lo que solemos reírnos.
No sé cuántas sagas podrían hacerse de la vida de cada uno
de nosotros. Puede que algunas vidas no den ni para una sola peli, sino más
para un documental como esos que hacen de la vida de los futbolistas. En todo
caso, imagínate que te pones a ver la peli
de la vida de alguien y te la ponen por la segunda parte. Te faltaría un
contexto. En la primera parte de la vida de cada uno nacen los miedos, los
anhelos y las ilusiones. Si no ves la primera, te va a costar mucho
entender la segunda y las que vengan.
Mientras veía Tiburón, me asaltó un temor. No sé si empezar
con Spielberg en la segunda semana de confinamiento es gastar balas. Intento no
pensar mucho en ello mientras veo la peli pero la duda no se me va de la cabeza.
Me queda Parque Jurásico, Indiana Jones, E.T, Encuentros en la Tercera Fase, y
más. Y es cierto que son pelis que podría ver en bucle y no cansarme. Pero no
sé, igual a Spielberg hay que reservárselo para cuando nos digan que, ya de
verdad, esta es la última semana en casa. Pasar una última semana de
confinamiento viendo todas las pelis de Spielberg, que alguien me diga si se le
ocurre un plan mejor. Por si acaso, tiraré de otras que no sean Spielberg: Superman
(la del 78, la buena), El Caballero Oscuro, El Silencio de los Corderos.
Aplazan los Juegos Olímpicos. Me daba mucho miedo esta
noticia. Para los que amamos el deporte más allá del fútbol, los Juegos
Olímpicos son algo extraordinario. Es un gran momento y lo que más me gusta es
el protagonismo que cobran de repente un montón de deportistas que no ganan
tanto como los futbolistas y que tienen mucho más mérito que ellos. Después los
focos se van y nos olvidamos de ellos, pero durante un mes son protagonistas
mundiales. Parece que se celebrarán en 2021. Y parece que el organizador tiene
el TOC de los números pares. Porque aunque sean en 2021, se seguirán llamando
TOKIO 2020. Os puedo prometer que yo no tengo nada que ver.
Una compañera de trabajo me dice, hablando un poco del
confinamiento, que a ella lo que le agobia es cuando tiene muchos planes y no
puede quedarse mirando la pared. Quedarse sin tiempo para mirar a la pared. Me gustan las frases que son descubrimientos. Las
ideas que cogen a la realidad y la ponen del revés. Que le dejan a uno
descolocado. No sé, igual es lo que todos necesitamos, mirar
la pared digo. A lo mejor estaríamos más tranquilos todos si mirásemos más a la
pared en vez de andar espídicos perdidos por casa buscando actividades en todo
momento.
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