viernes, 26 de junio de 2020

Última hora: los grandes roban

Paseos al salir de trabajar un domingo del Museo del Prado
Paseos felices al salir de trabajar del Museo del Prado un domingo


Escuché a la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, afirmar en rueda de prensa que "todas las opiniones son respetables". Lo hizo para responder a una pregunta sobre las teorías antivacunas. Bien es cierto que desde su posición de médica defendió muy bien el papel de la ciencia. Pero me sobró mucho lo de "todas las opiniones son respetables". No. No lo son. Si no están documentadas y con un mínimo rigor, no son respetables. No puedes opinar que es de día a las once de la noche.

Leí una entrevista con Woody Allen en La Vanguardia que me gustó mucho. La respuesta que más me gustó es en la que se desmitifica a sí mismo como intelectual. Lo repite siempre que puede. Y en sus películas suele reírse de los pedantes. Aún así, sigue habiendo mucha gente que dice que no ve sus pelis porque dicen que son para listos y cosas así. En la entrevista, Allen se define como "un vago con malas notas", y dice que lo de la fama de intelectual le viene por cosas como su aspecto con "las gafas de culo de vaso" y porque le gustaban chicas intelectuales y tenía que leer para no hacer el ridículo al invitarlas a cenar. Esa humildad de Allen queda reflejada en esta frase: "Hay tantas autobiografías de tipos diciendo que son los mejores... Yo no lo soy".

No sé si el peor sufrimiento es el de los demás. El de la gente que quieres y por la que no puedes hacer absolutamente nada más allá de mostrar tu apoyo y escuchar si lo necesitan. Cuando es uno el que sufre, y tiene ya cierta edad, sabe más o menos lo que tiene que hacer para intentar estar mejor, pero cuando son otros los que no están en su mejor momento no puedes ir y meterte dentro de ellos para que estén mejor.

El alcalde de Madrid, Almeida, fue al Museo del Prado a un acto oficial y le colocaron para hacerse la foto justo delante del cuadro del príncipe Baltasar Carlos, cazador. La imagen se hizo viral y el propio alcalde puso un tuit riéndose diciendo "ya es mala suerte". Me gustan las personas que tienen ese sentido del humor para reírse de sí mismas o de una situación que no les es favorable. Es una cualidad que aprecio mucho. Una de las personas que más me ha enseñado a mí a reírme de mi mismo es mi amigo Andrés. Siempre lo pienso y nunca se lo digo.

Cada vez más medios empiezan a ser de pago. Empezó El Mundo, y se le han unido El País y El Confidencial. Me da rabia y lo entiendo a la vez. Es un debate interesante en el que no consigo tener una opinión clara. Siempre hemos pagado por comprar el periódico y de repente hemos pasado a tenerlo gratis en internet. El trabajo se paga. Por otro lado, me preocupa que la información no sea un derecho público garantizado y que las personas que no puedan permitirse ser suscriptores de ningún medio tengan que acabar informándose en digitales de dudosa reputación que prefiero no mencionar.

En la Nueva Normalidad seguimos robando. Me refiero al Real Madrid. Yo es que soy muy claro. Soy del Madrid y no niego que el Madrid robe. El Barça también roba. Es algo con lo que tienes que contar. Los grandes roban, siempre. Lo que me molesta es cuando seguidores madridistas o culés se empeñan en negarlo y se ponen pesadísimos. Qué manera de perder energía a lo tonto. No se puede negar la realidad. Y ya el delirio extremo es cuando uno del Madrid o uno del Barça se ponen a decir que les han robado.

Cambiar de opinión cuando te enfrentas de cara con la realidad. Es lo que le ha ocurrido al FMI. En una entrevista, Guy Standing, cofundador de la Red Mundial de la Renta Básica, cuenta como Christine Lagarde quedó convencida de la necesidad de una renta básica universal para luchar contra el precariado. Porque se han dado cuenta, por fin, de la profunda desigualdad que existe en el mundo. Y hace poco el FMI ha emitido un comunicado dando su apoyo a la renta básica. Me parece un gran avance y me alegra que haya personas en este mundo que sean capaces de dar este giro de trescientos sesenta grados al darse de bruces con la realidad en vez de negarla de forma estúpida.

Estoy viendo una serie con Oli. Tiene nueve temporadas y vamos por la segunda. La otra noche, viendo un capítulo, va y me suelta "sabes que al final se casan, ¿no?". Me quedé petrificado. No me podía creer que acabase de ocurrir lo que acababa de ocurrir. Me quedé mirándola pensando que me estaba vacilando. No, no me estaba vacilando. Me dijo que pensaba que lo sabía. No, no lo sabía. Por otro lado, yo no me canso de decir que cuando ha pasado determinado tiempo del final de una serie ya se ha terminado el plazo legal de los spoilers. Así que admito que lo que hizo Oli está dentro de mi legalidad y no puedo reprochar absolutamente nada.

Hablando de Oli, esta semana le dio por hacer la siguiente búsqueda en Google: "coca en Madrid". Pero tranquilos, que no buscaba droga ni nada de eso, buscaba "coca de Sant Joan" y para un catalán en Sant Joan hablar de coca es algo muy habitual. Lo que pasa es que claro, hizo esa búsqueda, se encontró todo tipo de cosas en la búsqueda y encima seguramente haya quedado registrada en su historial de búsquedas de Google. La sensata Oli buscó en Google "coca en Madrid". Queda para los anales de la Historia.

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