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lunes, 22 de enero de 2018

Odiar para seguir adelante

"El Perro" de Juego de Tronos necesita odiar para salir adelante


El otro día, viendo un capítulo de Juego de Tronos (he empezado a verla ahora y voy ya por la cuarta temporada), uno de los personajes, el conocido como "El Perro", pronunció una frase que se me quedó grabada. A veces no te das cuenta cuando pasa esto, pero eres consciente cuando pasan unos días y te encuentras dando vueltas a lo que escuchaste. Decía "El Perro" que "el odio es una buena cosa si sirve para seguir adelante". 

Personalmente, nunca he encontrado en el odio un motor para vivir. No lo veo como algo positivo ni creo que pueda llegar a verlo nunca. Sin embargo, existe mucha gente que encuentra en él una aspiración. Personas que lo ven como una mecha que les hace continuar en busca de quién sabe qué objetivo vital. Habrá gente, como seguramente le ocurre al personaje de la exitosa serie, que encuentra en el odio una forma de seguir adelante. Una necesidad para poder sobrevivir.

Quizá hayan sido golpeados, heridos en lo más profundo y únicamente el odio es lo que les hizo reaccionar. Quizá a través del odio encontraron la salvación. Puede ser que odiando encontrasen el antes y el después a la vida que llevaban. Personas que fueron despreciadas sin motivo, que se negaron a odiar hasta que vieron que era ésta, y no otra, la única forma que tenían a su alcance de salir de un determinado infierno, un sufrimiento que no podían tolerar más.

Decía Lord Byron que "el odio es la demencia del corazón". Me gusta mucho esta frase. Porque creo que el odio no puede ser nunca algo bueno. Odiar viene acompañado de desear el mal a alguien. Y en condiciones normales, eso no suele ocurrir. Pero vuelvo a la motivación que puede llevar a alguien al odio. Yo siempre he pensado que he tenido mucha suerte. Jamás he tenido un enemigo. Nunca me he cruzado, creo, con una persona mala de verdad. Pero en nuestra sociedad existen muchos monstruos: ¿no tienen derecho a odiar los 13 hijos secuestrados por sus padres en California? ¿O una mujer maltratada a su maltratador? ¿O una hija que ha perdido a su padre en un atentado terrorista a los que le destrozaron la vida? 

Dicen que el odio no es un buen compañero de viaje, que no es recomendable, que alimenta el rencor y no permite cerrar heridas. Sin embargo, estoy convencido de que existen muchas personas anónimas para las que, como le sucede a "El Perro", el odio es una cosa buena si sirve para seguir adelante.